Muchas bacterias son beneficiosas. ¿Sabías que el yogur procede de la leche que es fermentada por dos tipos de bacterias? ¿Y qué en la fabricación del queso intervienen también bacterias?
Algunas bacterias se utilizan en la elaboración de alimentos como la leche o el queso, en la obtención de medicamentos como algunos antibióticos, e incluso para fabricar detergentes o curtir el cuero.
Las bacterias que viven en tu cuerpo ayudan a luchar contra las enfermedades, a digerir y absorber los alimentos o a producir vitaminas.
Las bacterias también afectan a la naturaleza y a la composición del suelo. Algunas bacterias descomponen las plantas y los animales muertos o sus residuos. Los productos de esta descomposición enriquecen el suelo y son utilizados por las plantas como alimento. ¡Las bacterias nos ayudan a reciclar! Algunas bacterias producen oxígeno. Una parte importante del gas natural que utilizamos para cocinar o calentarnos procede de depósitos formados por la respiración de un tipo especial de bacterias que vivieron hace millones de años.
En la actualidad, gracias a los avances de la tecnología, podemos incluso modificar algunas bacterias para conseguir medicamentos y vacunas.
Algunas bacterias son perjudiciales y producen enfermedades en las personas y en los animales. Las bacterias pueden contaminar los alimentos y producir intoxicaciones. A ellas se deben enfermedades tan conocidas como la tuberculosis, la peste, la sífilis, el tétanos, el cólera y muchas formas de neumonía. La mayoría de las enfermedades producidas por bacterias se curan con antibióticos.
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